El YOGA es una Filosofía práctica, un Camino para ir recorriendo cada quien a su ritmo.

​

Tantos años leyendo a filósofos que sólo ofrecían teorías especulativas que se filtraban en mis circunvoluciones cerebrales y lo único que perduraba tras la lectura era  más confusión o palabras bellas y punto ; les estoy agradecida, tanta lectura colapsó mi mente racional y necesité aprender con el cuerpo.

​

Cuando tropecé con el Yoga fue perfecto : una forma de Vida, una puerta, un camino que empecé a recorrer con el cuerpo primero y luego   la mente lo fue comprendiendo ; un trabajo unitario que reeduca mi organismo, mis sentidos y  sentimientos, que me da vitalidad y alegría, que me serena y clarifica, que me acerca a mí y por ello a todos los seres, que respeta mi ritmo, que me hace feliz porque me siento en Unidad con todo lo que vive.

​

Parto de estar muy bien asentada en la Tierra y en mi cuerpo ;  luego “me habito”, ocupo cada célula de mi cuerpo conscientemente y me siento viva ; con los ásanas y  la respiración aumenta mi energía  y  entonces se muestran y transforman algunas emociones y pensamientos desordenados , para dejar espacio al silencio, a la transparencia y a la  sensación de plenitud y bienaventuranza.

​

Presento el Yoga a partir de un entrenamiento dinámico psicofísico-energético que produzca calor y alegría, para pasar a los ásanas estáticos apoyados en respiración, conciencia y refinamiento sensorial y emocional, centramiento, silencio y , quizá, comunión, común-unión que a veces expresamos cantando mantras. Para terminar con relajación, sedimentación, integración, canalización.